A Pedro Yuste y a mi madre
de María Isabel Tejero
Ahora vuelvo aquí, 
A dejar prendida el alma en las retamas
                                  Para henchirla de tomillo                                                              
y cimbrearla en las noches de Mayo
Ahora haré mi nido aquí
Y vendrás a mi lado en las tardes
Cuando el sol se esconde por la ermita
Os veré pasar con el paso cansado por los años
Y miraré el agua que dejaste 
para vaciar la sed de tu soledad
Ahora oiremos juntos el rumor de los vencejos 
Cada tarde, sin tiempo recortado,
En la infinita caricia de la brisa
En ese mar de pinares
Que nos cubre y nos besa
                                       Hiriéndonos

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